La infraestructura digital ha permitido que los usuarios puedan controlar la tecnología de su hogar desde internet, desde cualquier navegador web en una laptop, una app en smartphones. Esto favorece el monitoreo de los sistemas y la observación continua del estatus de una casa inteligente. Además permite que un integrador profesional pueda resolver problemas a la distancia, sin la necesidad de molestar a sus clientes.